EL FEUDALISMO


El feudalismo es el régimen político, social y económico que alcanzó su máximo apogeo en Europa occidental entre los siglos lX y Xl. Se organiza en torno a una sociedad estamental ( grupos sociales cerrados y jerarquizados –privilegiados y no privilegiados- establecidos por Dios) basados en los lazos de dependencia y de vasallaje (compromiso personal. a través de un juramento público en el que el más poderoso –señor- ofrece protección al más débil –vasallo- a cambio de su fidelidad, traducida en una serie de servicios (trabajo en sus tierras y castillo, en sus ejércitos, pago de impuestos). 



La economía feudal es rural, basada en la tierra, con una mínima división del trabajo y escasos intercambios comerciales. El centro ec. es el feudo o señorío, grandes propiedades (castillo/monasterio y sus terrenos) de nobles o altos eclesiásticos, autosuficientes. En él se distinguen 2 partes: la reserva (en la que vive el señor y explota directamente) y los mansos, donde viven y trabajan los campesinos agrupados en aldeas, quienes entregan parte de la cosecha al señor y trabajan en la reserva. Hay además tierras comunales e instalaciones de uso común, previo pago de una tasa ( molino, horno, fragua..).


Cada feudo estaba orientado al autoabastecimiento: producía todo lo necesario para la subsistencia de sus habitantes (alimento, vestido, herramientas...).Los instrumentos de trabajo son rudimentarios (manufacturas caseras) y la producción, escasa.

Se trata, pues, de una economía agrícola-ganadera de subsistencia y autárquica, no se traen apenas productos de fuera del feudo y se sacan muy pocos productos de él: los pocos excedentes se venden en el mercado semanal del burgo.

La cultura, como toda la sociedad, estaba controlada por la Iglesia; los monasterios son los encargados de recoger todo el saber anterior. Se difunde el arte románico

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EL FEUDALISMO



LA SOCIEDAD FEUDAL






BIOGRAFIAS

Teodosio I el Grande

(Flavio Teodosio) Emperador romano que impuso el catolicismo como religión oficial y dividió el Imperio entre Oriente y Occidente (Cauca, Hispania, h. 346 - Milán, 395). Adquirió experiencia militar combatiendo en Gran Bretaña bajo el mando de su padre; luego él mismo fue dux de Mesia (actual Serbia) en el 374, defendiendo eficazmente aquella provincia fronteriza frente a los sármatas. Pero se retiró a sus dominios en la actual Coca (Segovia) tras la ejecución de su padre. Y allí estaba en el 378, cuando le llamó el emperador Graciano para encargarle la defensa de Mesia frente a la invasión de los godos.


Teodosio I el Grande
Así, en el 379 fue nombrado augusto con potestad en Oriente, comenzando su reinado sobre aquella parte del Imperio. Venció a los visigodos y pactó con su rey Atanarico la instalación de este pueblo germánico en Mesia como federados del Imperio (es decir, aliados bárbaros a los que se encomendaba la defensa de la frontera). Luego transmitió el título de augusto a su hijo Arcadio, con lo que estableció una nueva dinastía imperial, que de momento reinaría sólo en Oriente.
Mientras tanto, en Occidente Graciano fue destronado por otro militar español, Máximo; pero su poder fue disputado por el hermano de Graciano, Valentiniano II. Teodosio, que había reconocido inicialmente la autoridad de Máximo, se alió luego con Valentiniano, e incluso emparentó con la familia imperial de Occidente, al casarse con Gala (hermana de Valentiniano y de Graciano) en el 387. Al año siguiente venció a Máximo en la batalla de Aquileya, extendiendo su autoridad a todo el Imperio, si bien mantuvo formalmente en el Trono occidental a Valentiniano II (388).
Teodosio era cristiano católico, es decir, fiel a la doctrina de Atanasio, adoptada como línea ortodoxa desde el Concilio de Nicea del 325. Fue él quien adoptó el catolicismo como religión del Imperio, prohibiendo el arrianismo (doctrina cristiana de los seguidores de Arrio, muy extendida en Oriente) por el Edicto de Tesalónica (390). No obstante, su actitud inicial fue más conciliadora hacia los paganos, pues trató de mantener un equilibrio en su administración entre cristianos y paganos, al tiempo que se resistía a los intentos del clero cristiano por imponer su supremacía.
Su actitud cambió después de ser excomulgado por el arzobispo de Milán, san Ambrosio, a causa de la represión de la revuelta de Tesalónica, en la que murieron unas 7.000 personas (390). Teodosio hizo penitencia pública para obtener el perdón y, desde entonces, se convirtió en instrumento político de la intolerancia eclesiástica: prohibió los cultos paganos en Roma (391), medida que luego extendió a todo el Imperio (392).

Justiniano I el Grande

(Flavius Petrus Sabbatius Justinianus) Emperador bizantino (Tauresio, Macedonia, 482 - Constantinopla, 565). Procedía de una familia tracia muy humilde, encabezada por su tío Justino, el cual había ascendido en el ejército hasta ser nombrado emperador (518). Justino I no tuvo descendencia y designó como sucesor a Justiniano, asociándole al Trono en el 527 (el mismo año en que murió).



Justiniano
Desde entonces hasta su muerte, se aplicó con energía a revitalizar el Imperio de Oriente, contando con la inestimable ayuda de su esposa, la emperatriz Teodora (una ex actriz de grandes cualidades intelectuales, que participó en tareas de gobierno hasta que murió en el 548). Justiniano centralizó y reformó la Administración, reforzó el absolutismo monárquico y el ceremonial cortesano, sometió a la jerarquía eclesiástica convirtiéndola en instrumento del poder imperial y emprendió grandes construcciones (como la basílica de Santa Sofía de Constantinopla).
Tras asegurar la frontera oriental conteniendo a los persas («Paz Perpetua», 532), se propuso la reunificación del Imperio Romano, reconquistando los amplios territorios perdidos en Occidente con ayuda de sus generales Belisario y Narsés. Aunque no lo consiguió del todo, sí recuperó de manos de los bárbaros el norte de África (arrebatado a los vándalos en el 534), Italia (arrebatada a los ostrogodos en el 540) y una franja del sureste de la península Ibérica (arrebatada a los visigodos en el 554); restauró así la unidad imperial de las riberas del Mediterráneo, a falta sólo de las costas de Marruecos, la Tarraconense y la Galia.
Tan importante o más que sus acciones de conquista fue el impulso que dio a la codificación del Derecho romano, controlando personalmente una comisión de expertos que lo recopiló, simplificó, armonizó y unificó en un Corpus Iuris Civilis (529). Estaba compuesto por un código de leyes imperiales vigentes (el Código Justiniano), una recopilación de dictámenes jurídicos (el Pandectas Digesto) y un manual para la enseñanza del Derecho (Instituciones). Las leyes promulgadas por el propio Justiniano después de la promulgación del Corpus Iuris Civilis (534) fueron recopiladas y añadidas a aquél en las Novelas.
La importancia de estos códigos va más allá de lo que supuso de racionalización y de reforzamiento del poder imperial en Bizancio: desde entonces constituyeron la base del Derecho imperial bizantino; pero fue también a través de ellos como se produjo la recepción del Derecho romano en Europa occidental a partir del siglo xii, sentando las bases para una cultura jurídica común en gran parte de las naciones europeas actuales (las que tienen un Derecho Civil de raíz romana).
Sin embargo, Justiniano fue un emperador impopular. Sus campañas exteriores y sus grandes construcciones arquitectónicas incrementaron los gastos del Estado, haciendo aumentar la presión fiscal. En el 532 estalló contra él una insurrección popular (la Revuelta de Nika), que fue ahogada en sangre por Teodora y Belisario (unos 30.000 muertos).
También existieron disidencias religiosas: Justiniano persiguió a los seguidores de Arrio y de Nestorio, pero no se atrevió a hacer lo mismo con los monofisitas; aunque era un ortodoxo convencido (partidario de las tesis del Concilio de Nicea), no consiguió restablecer del todo la sintonía con el Papado, para no enemistarse con las tendencias monofisitas, muy extendidas en Oriente y especialmente en Siria y Egipto. A su muerte, recibida con júbilo por el pueblo, gran parte de su obra se vino abajo, pues Bizancio perdió la mayor parte de los territorios ganados en Occidente y se convirtió definitivamente en un Imperio oriental.


IMPERIO BIZANTINO

TALLER No.2 
IMPERIO BIZANTINO

El Imperio de Oriente se mantiene después de la caída de Roma


Teodosio, el grande.
A raíz de la muerte del emperador Teodosio en el 395 el imperio romano quedó dividido en dos partes. Pero mientras que el Imperio de Occidente luego sucumbió ante los ataques de los bárbaros, el Imperio de Oriente logró mantenerse.
En el siglo VI la grandeza y el poder de Roma fueron restaurados brevemente por el emperador Justiniano (527-565) cuyos generales lograron derrotar a los vándalos ostrogodos y restablecer la autoridad imperial en el norte de África, en el sur de España y en Italia.
Sin embargo, en el curso de las violentas luchas contra los ostrogodos, Italia sufrió terribles estragos y su economía fue destruida en gran parte.
El aporte más importante de Justiniano a la civilización occidental fue la codificación del Derecho Romano. Justiniano hizo construir caminos, acueductos y magníficos edificios públicos en Constantinopla y contribuyó a hacer de ella una de las maravillas de la Edad Media, con la cual no se podía comparar ninguna ciudad de occidente.
La construcción más notable fue la iglesia de Santa Sofía, obra cumbre de la arquitectura bizantina, revestida en el interior de bellos mosaicos, construida a un tremendo costo por miles de artesanos y obreros.
El lujo y las extravagantes ambiciones de Justiniano debilitaron el Imperio. A su muerte el tesoro estaba agotado. Bizancio no pudo mantener su autoridad sobre las provincias reconquistadas en Occidente y tuvo grandes dificultades en defender sus provincias orientales contra los periódicos ataques de búlgaros, eslavos y persas.

El imperio de Oriente se convierte en imperio Bizantino

Los emperadores de Constantinopla siempre se siguieron considerando emperadores romanos, jamás renunciaron a sus derechos sobre las provincias occidentales que habían pertenecido una vez al Imperio Romano.
Sin embargo, de hecho, su autoridad quedó limitada al Imperio de Oriente, si bien la tradición romana se mantuvo en la legislación y las instituciones, en el curso de los siglos se acentuaron cada vez más los elementos griegos orientales.
La población hablaba la lengua griega. Sólo hasta el siglo VII el latín se mantuvo como idioma oficial, pero luego fue reemplazado por el griego. Los autores clásicos griegos constituían la base de la literatura bizantina.
Desde Persia y Mesopotamia se introdujeron costumbres orientales que dieron origen a la elaborada etiqueta en la corte imperial, las pomposas ceremonias y a la exaltación de la autoridad y de la figura del emperador. El Imperio Bizantino reconoció como religión oficial el cristianismo, pero éste se desarrolló en forma diferente que en Occidente.

La Iglesia Bizantina se separa de Roma

En Occidente el poder de la Iglesia y del Papa aumentó en la medida que la autoridad temporal se debilitaba. En Bizancio ocurrió justamente lo contrario. El emperador tuvo amplios poderes sobre la Iglesia y su autoridad máxima, el Patriarca de Constantinopla.
Con el tiempo se produjeron diferencias cada vez más hondas entre la Iglesia latina y la Iglesia griega. Ya en el año 381 el Patriarca de Constantinopla rechazó la doctrina de que el obispo de Roma tenía autoridad sobre la Iglesia entera. A las disputas sobre el poder y la jurisdicción se agregaron polémicas sobre el dogma y los ritos.
Los iconoclastas, los destructores de imágenes, denunciaron el culto de las sagradas imágenes como vuelta a la pagana adoración de los ídolos. En el 1054 el Papa León IX y el Patriarca Miguel Cerulario se excomulgaron mutuamente y se produjo la ruptura definitiva. La Iglesia en Oriente se separó del Papa en Roma y se constituyó la Iglesia griega Ortodoxa.

Bizancio resiste numerosas invasiones

Después de haber rechazado victoriosamente a los pueblos germánicos, los emperadores bizantinos tuvieron que afrontar nuevas amenazas. Durante largo tiempo los principales adversarios fueron los persas, hasta que en el siglo VII el emperador Heraclio pudo triunfar sobre los persas y recuperar Siria, Palestina y Egipto.
Luego surgieron nuevos peligros. Los árabes musulmanes se apoderaron del norte de África, de Palestina y Siria. Los búlgaros, un pueblo nómada similar a los hunos, invadieron los Balcanes.
Pero el peor golpe fue asestado a Bizancio con ocasión de la IV Cruzada. Los cruzados, en vez de dirigirse a Tierra Santa, se desviaron hacia Bizancio, conquistaron y saquearon la ciudad y establecieron el Imperio Latino (1204-1261). Finalmente el Imperio Bizantino pudo ser restaurado, pero sin recuperar su antiguo vigor.
Las luchas por la sucesión del trono provocaron la división y aun la guerra civil. Los fuertes tributos impuestos por los terratenientes provocaron el descontento y la abierta rebelión de los campesinos. La economía decayó y la hacienda fiscal se arruinó.
El imperio, sacudido por las calamidades internas, ya no se pudo defender contra las crecientes amenazas externas. Después de que los turcos seldyúcidas habían ocupado ya en el siglo XI parte del Asia Menor, los turcos otomanos cruzaron en 1354 el estrecho entre Asia y Europa y empezaron a ocupar la península de los Balcanes. Finalmente Bizancio quedó totalmente aislada.
En 1453 los musulmanes asestaron el golpe final. Un ejército de 160.000 guerreros puso sitio a la ciudad defendida apenas por 8.000 hombres. Después de ocho semanas de heroica lucha los defensores sucumbieron. El emperador Constantino XI pereció con sus hombres, luchando hasta el final.

Los aportes de Bizancio

Durante un milenio Bizancio fue el baluarte de la cristiandad contra las hordas nómadas, los persas, los árabes y los turcos. Si bien la cultura bizantino careció de la originalidad de las culturas clásicas griega y romana, fue una cultura altamente desarrollada que durante largo tiempo fue superior a la civilización de la Europa medieval.
Bizancio, situada entre Europa y Asia, fue el más importante centro comercial de la temprana Edad Media. A Bizancio acudían comerciantes de todos los países. Una moneda estable basada en el oro favoreció el intercambio.
A través del Mar Negro, Bizancio se comunicaba con Rusia. Se intercambiaban vinos, sedas y otros productos de lujo por pieles, pescado y miel. A través de las estepas y los desiertos de Asia Central las caravanas traían especias, perfumes, piedras preciosas y otras mercaderías codiciadas del Lejano Oriente.
Desde Bizancio los comerciantes llevaban productos artesanales bizantinos y mercaderías extranjeras hacia los puertos del Mediterráneo occidental. El renacimiento del comercio en Europa en el siglo XII se produjo en gran parte bajo los estímulos del comercio bizantino.
Las actividades económicas eran rígidamente controladas por la autoridad pública. El Estado establecía las normas para la industria, fijaba los precios y jornales, controlaba las condiciones de trabajo y la calidad de los productos y reglamentaba la exportación. La industria más importante era la textil. La artesanía constantinopolitana era famosa por sus trabajos de cuero, las magníficas tapicerías y las joyas de oro y piedras preciosas.
A diferencia del régimen feudal en Europa Occidental y Central que se caracterizaba por la fragmentación y dispersión del poder público, el Estado bizantino estaba completamente centralizado.
El emperador bizantino gozaba de un poder absoluto; sin embargo, de hecho, su autoridad estaba limitada por la tradición y los emperadores más débiles fueron dominados a menudo por algún ministro poderoso o un ambicioso patriarca. La administración pública fue, en general, eficiente y honrada.
Uno de los mayores problemas políticos se derivó de la falta de una sucesión legal al trono. Las disputas por la sucesión llenan las hojas de la historia de Bizancio. De los 109 emperadores que hubo entre 395 y 1453, sólo 34 murieron de muerte natural.
La vida en la ciudad de Bizancio era agitada y accidentada. El público se excitaba con las carreras de caballos en el hipódromo. Las disputas teológicas se transformaron a menudo en violentas y sangrientas riñas.
La civilización bizantina se extendió por toda Europa Oriental. Los misioneros propagaron el cristianismo. La escritura cirílica usada en Rusia, Bulgaria y Serbia se derivó de la escritura griega. En Bizancio se conservó el legado de la Antigüedad clásica griega. Se siguieron estudiando las obras de Platón y Aristóteles.
Florecieron la teología y la historiografía. Procopio escribió una notable historia sobre el gobierno de Justiniano. Existían excelentes bibliotecas públicas y privadas. Con ocasión del saqueo de Bizancio por los cruzados en 1204 y los turcos en 1453 se perdieron innumerables y valiosísimos manuscritos. Sin embargo, muchas obras de los autores clásicos se salvaron y contribuyeron al renacimiento de las letras en Occidente en el siglo XV.
Los bizantinos fueron notables arquitectos y lograron fundir los elementos arquitectónicos griegos, romanos y persas en un estilo original. La creación más importante fue la basílica de Santa Sofía. Entre las artes decorativas se distinguen los espléndidos mosaicos formados por pequeños trozos de piedra o vidrio coloreado. Las murallas y cielos de las iglesias fueron cubiertos de mosaicos que representaban escenas religiosas.

Los orígenes de Rusia

En los primeros siglos de la era cristiana empezaron a organizarse en Europa oriental los pueblos eslavos que, al lado de los greco-itálicos, los celtas los germanos, forman el cuarto grupo de los pueblos indoeuropeos. La mayor parte de la población vivía en el campo, dedicada a la agricultura, la caza y la pesca.
Con el desarrollo del comercio se formaron los primeros centros urbanos que luego se convirtieron en centros políticos que extendieron su dominio sobre sus alrededores. De esta manera nacieron distintas comunidades políticas sin que se organizara un poder central.
En el siglo IX hicieron su aparición en la Europa oriental los invasores normandos. Según la tradición, el jefe normando Rurik se convirtió en 862 en gobernante de Novgorod. Su sucesor, Oleg, conquistó en 882 la ciudad de Kiev. Los normandos, mucho menos numerosos que los eslavos, acabaron por mezclarse con éstos. Tiempo después se impuso para estos pueblos el nombre de rusos.
Durante tres siglos Kiev fue la capital de una confederación de distintos Estados. Los duques de Kiev establecieron relaciones comerciales y políticas con Bizancio. En el año 911 el duque de Kiev firmó un primer tratado comercial con Bizancio. Misioneros bizantinos empezaron a predicar el cristianismo.
En el año 988 el duque Vladimiro se convirtió a la fe cristiana, y ordenó a todo su pueblo que se bautizara. Rusia recibió la religión y la civilización superior de Bizancio.
A comienzos del siglo XIII el gran conquistador Gengis Kan, al frente de sus invencibles jinetes mongoles, logró establecer un gran imperio que se extendió desde China hasta Europa. Tiempo después el imperio mongol se desintegró.
Un grupo de los mongoles, llamado la Horda de Oro, se estableció a orillas del Volga inferior y en el sur de Ucrania. Su jefe, el Kan, obligó a los príncipes rusos a pagarle tributos. Durante dos siglos la historia de Rusia quedó orientada hacia Asia. El dominio mongol dejó profundas huellas en los pueblos y en la cultura de Rusia. Pero los mongoles respetaron las iglesias y los conventos que fueron la única protección de la población oprimida.
Desde entonces, la Iglesia desempeñó un papel decisivo en Rusia.
En el siglo XV los príncipes de Moscú iniciaron la lucha contra el dominio arbitrario y las expoliaciones tributarias de los mongoles. Lograron extender su dominio sobre otros príncipes y ciudades de Rusia y finalmente el duque Iván III (1462-1505) dejó de pagar el tributo al kan y sacudió el yugo mongol. Iván IV adoptó el título de zar (césar) ya que a raíz de la conquista de Constantinopla por los turcos el trono imperial romano había quedado vacante. Moscú, la tercera Roma, debía completar la misión de Roma y Bizancio, crear un nuevo imperio universal y dar la paz definitiva al mundo.

Actividades:
1.     Resuma en su cuaderno la temática tratada en la presente guía
2.     ¿Por cuánto tiempo, después de la caída del Imperio Romano de Occidente, se mantiene en pie, la parte del Imperio Romano de Oriente?
3.     ¿Qué nombre toma, después de su caída, el Imperio Romano de Oriente?
4.     ¿Cuáles son los distintos nombres que ha tenido la capital de lo que fue el Imperio Romano de Oriente?
5.     ¿Cómo influyó el Imperio Romano de Oriente en la formación de la Rusia zarista?
6.     ¿En qué consiste el denominado Cisma de Oriente?
7.     ¿Cuáles son los títulos jerárquicos de los respectivos líderes de la Iglesia Católica Romana y de la llamada Iglesia Ortodoxa?
8.     Haga una reseña de los principales aportes de Bizancio a la humanidad.
9.    Consulte la biografía de Teodosio y el emperador Justiniano

CRUCIGRAMA SOBRE EL IMPERIO BIZANTINO


HORIZONTALES
2.      Materia prima textil trabajada en talleres que eran monopolio del estado bizantino.
4.       Individuo de un pueblo que se instaló en Asia Menor, fue conquistando la mayoría de territorios del Imperio Bizantino y el año 1453 conquistó también su capital.
7.      Palabra que define una de las características principales de la cultura bizantina.
10.   Monje que participó en la cristianización de los eslavos e inventó un alfabeto para poder escribir los Evangelios en lengua eslava.
11.   Nombre que reciben las tablas pintadas bizantinas con imágenes religiosas.
12.   Nombre que la iglesia cristiana oriental se da a sí misma para diferenciarse de la romana o católica.
13.   Uno de los emperadores más importantes del Imperio Bizantino.


VERTICALES
1.      El nombre del emperador más importante del Imperio Bizantino.
2.      Santa a la que se dedicó la basílica más importante de Constantinopla.
3.      Manifestación artística decorativa muy empleada en Bizancio.
5.      Nombre de uno de los pensadores bizantinos más importantes.
 6.     Individuo de un pueblo descendiente de los hunos que se instaló junto al Imperio Bizantino a finales del siglo VII.
8.      Pensador bizantino, patriarca de Constantinopla e iniciador del Cisma de Oriente.

9.      Uno de los monjes que participaron en la cristianización del mundo eslavo.

EDAD MEDIA

TALLER No. 1

La Edad Media, Medievo o Medioevo
Es el período histórico de la civilización occidental comprendido entre el siglo V y el XV. Su comienzo se sitúa convencionalmente en el año 476 con la caída del Imperio romano de Occidente y su fin en 1492 con el descubrimiento de América,[1] o en 1453 con la caída del Imperio bizantino, fecha que tiene la ventaja de coincidir con la invención de la imprenta(Biblia de Gutenberg) y con el fin de la Guerra de los Cien Años.
Actualmente los historiadores del periodo prefieren matizar esta ruptura entre Antigüedad y Edad Media de manera que entre los siglos III y VIII se suele hablar de Antigüedad Tardía, que habría sido una gran etapa de transición en todos los ámbitos: en lo económico, para la sustitución del modo de producción esclavista por el modo de producción feudal; en lo social, para la desaparición del concepto de ciudadanía romana y la definición de los estamentos medievales, en lo político para la descomposición de las estructuras centralizadas del Imperio romano que dio paso a una dispersión del poder; y en lo ideológico y cultural para la absorción y sustitución de la cultura clásica por las teocéntricas culturas cristiana o islámica (cada una en su espacio).
Suele dividirse en dos grandes períodos: Temprana o Alta Edad Media (siglo V a siglo X, sin una clara diferenciación con la Antigüedad Tardía); y Baja Edad Media (siglo XI a siglo XV), que a su vez puede dividirse en un periodo de plenitud, la Plena Edad Media (siglo XI al siglo XIII), y los dos últimos siglos que presenciaron la Crisis de la Edad Media o del siglo XIV.
Aunque hay algunos ejemplos de utilización previa,[3] el concepto de Edad Media nació como la segunda edad de la división tradicional del tiempo histórico debida a Cristóbal Cellarius (Historia Medii Aevi a temporibus Constantini Magni ad Constaninopolim a Turcis captam deducta (Jena1688),[4] quien la consideraba un tiempo intermedio, sin apenas valor por sí mismo, entre la Edad Antigua identificada con el arte y la cultura de la civilización grecorromana de la Antigüedad clásica y la renovación cultural de la Edad Moderna -en la que él se sitúa- que comienza con el Renacimiento y el Humanismo. La popularización de este esquema ha perpetuado un preconcepto erróneo: el de considerar a la Edad Media como una época oscura, sumida en el retroceso intelectual y cultural, y un aletargamiento social y económico secular (que a su vez se asocia con el feudalismo en sus rasgos más oscurantistas, tal como se definió por los revolucionarios que combatieron el Antiguo Régimen). Sería un periodo dominado por el aislamiento, la ignorancia, la teocracia, la superstición y el miedo milenarista alimentado por la inseguridad endémica, la violencia y la brutalidad de guerras e invasiones constantes y epidemias apocalípticas.
Sin embargo, en este largo periodo de mil años hubo todo tipo de hechos y procesos muy diferentes entre sí, diferenciados temporal y geográficamente, respondiendo tanto a influencias mutuas con otras civilizaciones y espacios como a dinámicas internas. Muchos de ellos tuvieron una gran proyección hacia el futuro, entre otros los que sentaron las bases del desarrollo de la posterior expansión europea, y el desarrollo de los agentes sociales que desarrollaron una sociedad estamental de base predominantemente rural pero que presenció el nacimiento de una incipiente vida urbana y una burguesía que con el tiempo desarrollarán el capitalismo.[6] Lejos de ser una época inmovilista, la Edad Media, que había comenzado con migraciones de pueblos enteros, y continuado con grandes procesos repobladores (Repoblación en la Península Ibérica, Ostsiedlung en Europa Oriental) vio cómo en sus últimos siglos los antiguos caminos (muchos de ellos vías romanas decaídas) se reparaban y modernizaban con airosos puentes, y se llenaban de toda clase de viajeros (guerreros, peregrinos, mercaderes, estudiantes, goliardos) encarnando la metáfora espiritual de la vida como un viaje (homo viator).[7]
También surgieron en la Edad Media formas políticas nuevas, que van desde el califato islámico a los poderes universales de la cristiandad latina (Pontificado e Imperio) o el Imperio bizantino y los reinos eslavos integrados en la cristiandad oriental (aculturación y evangelización de Cirilo y Metodio); y en menor escala, todo tipo de ciudades estado, desde las pequeñas ciudades episcopales alemanas hasta repúblicas que mantuvieron imperios marítimos como Venecia; dejando en la mitad de la escala a la que tuvo mayor proyección futura: las monarquías feudales, que transformadas en monarquías autoritarias prefiguran el estado moderno.
De hecho, todos los conceptos asociados a lo que se ha venido en llamar modernidad aparecen en la Edad Media, en sus aspectos intelectuales con la misma crisis de la escolástica.[8] Ninguno de ellos sería entendible sin el propio feudalismo, se entienda éste como modo de producción (basado en las relaciones sociales de producción en torno a la tierra del feudo) o como sistema político (basado en las relaciones personales de poder en torno a la institución del vasallaje), según las distintas interpretaciones historiográficas.
El choque de civilizaciones entre Cristiandad e Islam, manifestado en la ruptura de la unidad del Mediterráneo (hito fundamental de la época, según Henri Pirenne, en su clásico Mahoma y Carlomagno[10] ), la Reconquista española y las Cruzadas; tuvo también su parte de fértil intercambio cultural (escuela de Traductores de ToledoEscuela Médica Salernitana) que amplió los horizontes intelectuales de Europa, hasta entonces limitada a los restos de la cultura clásica salvados por el monacato altomedieval y adaptados al cristianismo.
La Edad Media realizó una curiosa combinación entre la diversidad y la unidad. La diversidad fue el nacimiento de las incipientes naciones... La unidad, o una determinada unidad, procedía de la religión cristiana, que se impuso en todas partes... esta religión reconocía la distinción entre clérigos y laicos, de manera que se puede decir que... señaló el nacimiento de una sociedad laica. ... Todo esto significa que la Edad Media fue el período en que apareció y se construyó Europa.[

Esa misma Europa Occidental produjo una impresionante sucesión de estilos artísticos (pre románicorománico y gótico), que en las zonas fronterizas se mestizaron también con el arte islámico (mudéjararte andalusíarte árabe-normando) o con el arte bizantino.
ACTIVIDAD
Responder de acuerdo a la lectura: La Edad Media, Medievo o Medioevo
1.   Presentar informe de lectura en donde se saquen ideas primarias y secundarias.
2.   Saca un listado de palabras desconocidas. Las cuales buscaran en la casa en el diccionario.
3.    Realiza un mapa conceptual de todo el documento
4.   Explica a qué se le considera medioevo.
5.   En que siglos se sitúa el feudalismo.
6.   En qué consistía el feudalismo.Explica tres aspectos relevantes de la edad media.
7.   Realiza dos conclusiones del documento.
8.   Que cosas que conservan aun de la edad media a nuestro mundo actual.
9.   Por qué a la edad media se le llamo época oscura sustenta tu respuesta.
10.               Realiza un mapa de Europa medieval.